Residentes en el municipio muestran preferencia por el candidato del Partido de la Liberación Dominicana
Desde el tramo de la avenida Jacobo Majluta que comienza en la entrada del parque Mirador Norte, hasta el cruce de Villa Mella, hay colocadas más de 50 vallas de gran formato que promocionan a dos de los catorce candidatos que compiten por la atención del electorado en el municipio Santo Domingo Norte y de las que, más de la mitad, pertenecen al aspirante a la Alcaldía por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Carlos Guzmán.
A partir de ahí, cualquier observador pierde la cuenta ante el millonario despliegue publicitario del partido oficialista, seguido por la del Partido Revolucionario Moderno (PRM), y su candidato Francisco Fernández, que prolifera a todo lo largo de las avenidas Hermanas Mirabal y Charles de Gaulle, así como en las entradas de sectores de gran población como Los Guaricanos y Sabana Perdida, que contrastan con las del candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Julio Encarnación y otras organizaciones políticas como Alianza País, que apenas se perciben en esa demarcación de más de 700 mil habitantes. De hecho, durante un recorrido realizado por elCaribe solo fueron vistos dos pequeños afiches de su candidata, Indhira Tatis y ninguno del resto de aspirantes.
Al llegar a la intersección donde culmina la Línea I del Metro, en la parada Mamá Tingó, la propaganda se cuela entre el desorden impuesto por decenas de vendedores ambulantes que, ante la falta de pequeños mercados y por una deficiente política de defensoría de los espacios públicos, han convertido las aceras en pequeños comercios de toda clase de mercancía.
Al caos se suman las decenas de paradas de motoconcho y carros de transporte que se han impuesto a la fuerza en toda la zona, ocupando un carril completo de la avenida Charles de Gaulle y obstaculizan la libre circulación vehicular.
Es precisamente lo que advierten munícipes como Yanni Patiño, residente en el Respaldo El Edén, quien deplora las deficiencias en la recogida de basura y la ocupación de los espacios públicos.
La misma desidia la expresa María de la Cruz, quien tiene un pequeño puesto de ropa y zapatos usados. Ambas aseguran que no votarán en las próximas elecciones municipales del 16 de febrero.
La misma desidia la expresa María de la Cruz, quien tiene un pequeño puesto de ropa y zapatos usados. Ambas aseguran que no votarán en las próximas elecciones municipales del 16 de febrero.
Sin embargo, seis de ocho choferes del concho consultados expresaron su simpatía por Carlos Guzmán, como es el caso de Fernando Durán, residente en Los Guaricanos. “Oh, ese es el verdugo de aquí, por él es que vamos a votar”. “Él nos ayuda siempre. Es un hombre del pueblo”, dice otro.
Francisco Díaz Moronta, empleado privado y residente en el kilómetro 10 y medio de Villa Mella también votará por Guzmán, ya que asegura que éste continuará el trabajo realizado por el actual alcalde, René Polanco, al tiempo que advierte la necesidad de que se mejore el alumbrado en los distintos barrios para reducir la delincuencia.
Como suele pasar, la actual campaña municipal también desata discusiones entre amigos que expresan simpatía por partidos contrarios. Es lo que pasa entre Ramón Peña y Juan Carlos Peña. El primero, ataca duramente la gestión de Polanco, y el segundo, enrostra al candidato perremeísta y exalcalde, supuestas irregularidades cometidas durante su gestión.
“Yo no sé cómo tu defiendes a Francisco Fernández que duró seis años en la Alcaldía y los empleados del Ayuntamiento no tenían seguro y se quedó con las prestaciones laborales de los empleados”, afirma Juan Carlos Peña.
Por su parte, Carlos Confesor, residente en Vista Bella considera que las próximas autoridades deben abogar para que resuelvan las deficiencias en el suministro de agua, la recogida de la basura y la reducción de los apagones.
El desprecio hacia los políticos es evidente al consultar a Roberto De la Cruz, quien lanzó duras críticas a la clase política, por la alegada corrupción que asegura, ha dañado el país. “Yo no voto, ni me vendo tampoco. Esto está dañado”.
Otras de los problemas que los munícipes consultados citan, son el mal estado de las calles de casi todos los residenciales y los largos taponamientos que no han podido ser desterrados, pese a la puesta en funcionamiento de la primera línea del Metro hace poco más de diez años.
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