Lo acontecido ayer, si bien es una vergüenza ajena inexplicable y un sabotaje a la expresión de la voluntad popular, nos impulsa a trabajar con más fe y entusiasmo para que el país siga por senderos de progreso, estabilidad y armonía social.
Desde hoy y hasta el próximo 15 de marzo, todos y todas a trabajar por el triunfo de nuestros candidatos. El odio y la inquina no pueden ser la corona de nuestra democracia, como lo demuestran cada día los opositores.
Gobernar desde el odio es generar caos, mayor inseguridad y locura colectivas. La lucha por los derechos sociales y por mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo es nuestro norte. Dios nos siga iluminando. Unidos en oración permanente. Dios les bendice.
El daño que se ha hecho hoy a nuestra democracia es vergonzoso, es motivo de total indignación y debe investigarse hasta las últimas consecuencias. Quienes apuestan al caos y al desorden no merecen llamarse dominicanos, por el contrario, deben ser sancionados de manera ejemplar.
¡Quieren jugar con la paz y la prosperidad de un pueblo! Nuestro país y nuestra gente quiere estabilidad y se merece confiar en la democracia. ¡Hay que respetar la voluntad popular!
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